Cuando era pequeña, recuerdo que al llegar la primavera las campas se llenaban de flores. Había margaritas, amapolas y unas flores que parecían crestas de gallo. También se oían los cantos de los gorriones y de los grillos.
Con el tiempo toda esa fauna y flora está desapareciendo.
El desarrollo y la ambición de los seres humanos ha ido destruyendo lo más preciado que tenemos.
No tendremos sociedad si no cuidamos el medio ambiente.
MARI VALERO
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