lunes, 20 de febrero de 2017

SONIDOS

Esta es la historia de  un grupo de jóvenes amigos a los que les gustaba reunirse para imitar sonidos entrañables llenos de historias deseosas de ser compartidas.
A Aitor, siempre le gustaba ser el primero y elegir los ladridos de un perro. Cuando acababa, nos miraba con firmeza a los ojos y orgullosamente nos decía, " son de autentico pastor vasco, no hay otro igual".
Manolo, que era andaluz, sabía imitar a los caballos, relinchaba con elegancia y nos hablaba de los preciosos que son los caballos jerezanos, !pura sangre¡
Con Dwongo llegaba el misterio, no en vano tenía una enorme gama de sonidos de la selva africana. Atónitos mirábamos sus movimientos cuando representaba a los animales que conocía.
Después llegaba el turno de Zaida. Ella traía la calma al grupo. Nos decía que en las noches del desierto no había muchos sonidos de animales, pero, sí se escuchaba con el corazón, se podían oír los susurros de las estrellas hablando entre ellas y entonces, bajito, bajito, nos deleitaba con su murmullo.
Tankov, aprovechaba este silencio para entrar en escena, llenaba sus pulmones de aire y nos lanzaba un escalofriante aullido de lobo centroeuropeo. A continuación se echaba a reír al comprobar cómo nos había asustado. Entonces todos reíamos y dejábamos " SU SONIDO" envuelto en papel de regalo para quien lo quisiera recibir.

LIUVA

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