miércoles, 1 de marzo de 2017

MEJOR, ABIERTOS AL MUNDO


Hace dos años conocí en la autoescuela a Oana, una chica rumana, y con el tiempo nos fuimos haciendo amigas.  Nunca había tenido una relación tan estrecha con ninguna persona extrajera, seguramente porque con frecuencia sentimos recelo a lo desconocido y nos mantenemos a distancia e incluso podemos pensar que son diferentes o inferiores a nosotros.

Oana me presentó a su familia, me invitaron a su casa al cumpleaños del hijo mayor.  Fui la primera española que entraba en su casa.  Yo pensaba que eran muy reservados y celosos con su intimidad.  Descubrí que, como los de aquí, algunos lo eran y otros no. También me di cuenta que tienen muchas costumbres diferentes a las nuestras pero que también tenemos cosas en común.

Cuando llegaron los invitados, todos hablaban rumano.  Yo me sentí mal al principio pero se esforzaron todo lo que pudieron para hablar castellano. ¡Me lo pasé genial!

Hoy seguimos siendo amigas, compartimos nuestras cosas y paso buenos momentos con ella y con su familia.

Todas las personas tenemos mucho que aprender y mucho que aportar.

BEGOÑA BLANCA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Participa. Tu opinión nos interesa, pero recuerda que debes ser respetuoso-a con tus comentarios. Los administradores-as podrán eliminar aquellos comentarios que se consideren molestos o inadecuados.